11.
Portada y muros laterales Colegio San Gregorio
Hoy sede del Museo Nacional de Escultura, este Colegio de Teología fue impulsado por el fraile dominico Alonso de Burgos, el confesor personal de Isabel la Católica; y aquí fue enterrado, aunque su sepulcro desapareció durante la Guerra de la Independencia.
La condensada ornamentación de su fachada hispano flamenca, atribuida a Gil de Siloé, ha sido objeto de numerosas controversias interpretativas. Justo sobre la puerta se ve al fundador, fray Alonso de Burgos, haciendo una ofrenda a San Gregorio ante San Pablo y Santo Domingo. La flor de lis, emblema de este fraile, que quiso dejar su huella en el edificio; se repite hasta la saciedad en toda la fachada, pero también en el patio, en la escalera y en los artesonados originales que conservan las salas del museo.
En el cuerpo superior aparece una fuente -¿la eterna juventud?- de la que brota un granado -¿árbol de la sabiduría o símbolo de la conquista de Granada?- que cobija el escudo de los Reyes Católicos. En este aparece una granada, lo que nos indica que ya se había tomado el reino nazarí, a diferencia de los escudos que hay grabados en el patio interior, anteriores, por tanto, a 1492.
Curiosos, sin duda, son los salvajes que aparecen a ambos lados, y que han dado lugar a diferentes interpretaciones. ¿Representan al hombre puro en la naturaleza? ¿Aluden a la costumbre de disfrazar a los escuderos de salvajes en las fiestas? ¿O son, simplemente, guardianes de la puerta? En los cuerpos altos, estas figuras tienen un aspecto más humanizado, sin vello y, alguno, incluso, sin barba: son las primeras representaciones de los indígenas americanos. No olvidemos que aquí tuvo lugar la Controversia de Valladolid, un intenso debate moral sobre si los habitantes del Nuevo Mundo tenían o no alma.
Te retamos a que encuentres el caracol que hay en la fachada. Se dice que trae buena suerte.
Audioguía Español
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11.
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Hoy sede del Museo Nacional de Escultura, este Colegio de Teología fue impulsado por el fraile dominico Alonso de Burgos, el confesor personal de Isabel la Católica; y aquí fue enterrado, aunque su sepulcro desapareció durante la Guerra de la Independencia.
La condensada ornamentación de su fachada hispano flamenca, atribuida a Gil de Siloé, ha sido objeto de numerosas controversias interpretativas. Justo sobre la puerta se ve al fundador, fray Alonso de Burgos, haciendo una ofrenda a San Gregorio ante San Pablo y Santo Domingo. La flor de lis, emblema de este fraile, que quiso dejar su huella en el edificio; se repite hasta la saciedad en toda la fachada, pero también en el patio, en la escalera y en los artesonados originales que conservan las salas del museo.
En el cuerpo superior aparece una fuente -¿la eterna juventud?- de la que brota un granado -¿árbol de la sabiduría o símbolo de la conquista de Granada?- que cobija el escudo de los Reyes Católicos. En este aparece una granada, lo que nos indica que ya se había tomado el reino nazarí, a diferencia de los escudos que hay grabados en el patio interior, anteriores, por tanto, a 1492.
Curiosos, sin duda, son los salvajes que aparecen a ambos lados, y que han dado lugar a diferentes interpretaciones. ¿Representan al hombre puro en la naturaleza? ¿Aluden a la costumbre de disfrazar a los escuderos de salvajes en las fiestas? ¿O son, simplemente, guardianes de la puerta? En los cuerpos altos, estas figuras tienen un aspecto más humanizado, sin vello y, alguno, incluso, sin barba: son las primeras representaciones de los indígenas americanos. No olvidemos que aquí tuvo lugar la Controversia de Valladolid, un intenso debate moral sobre si los habitantes del Nuevo Mundo tenían o no alma.
Te retamos a que encuentres el caracol que hay en la fachada. Se dice que trae buena suerte.