En el Palacio de Pimentel de Valladolid, situado en la plaza de San Pablo, nació el monarca Felipe II el 21 de mayo de 1527. Cuenta la tradición oral que el bebé fue sacado por una ventada para su bautizo en la vecina iglesia de San Pablo porque, se dice, que de haber salido por la puerta principal debería haber sido bautizado en la parroquia de San Martín. ¿Adivinas cuál es esta ventana? como pista, te diremos que la supuesta salida fue ‘condenada a cadena perpetua’.

En su exterior destaca una ventana del siglo XVI -en la esquina que forma el palacio con la calle de las Angustias- rematada con un original arco agudo y una decoración acorde a los dictámenes del estilo plateresco que por aquel entonces comenzaba a ponerse de moda en Italia, con motivos oníricos y fantásticos, medallones y columnas.

Ejemplo de la arquitectura palaciega vallisoletana, se distribuye en torno a un patio al que da acceso un zaguán que se comunica con la calle de las Angustias. Este espacio de paso está decorado con azulejos de Talavera que narran escenas de especial relevancia para la historia de Valladolid, como la llegada de Santa Teresa, el incendio que devastó la ciudad en en siglo XVI o el bautizo de Felipe II.

También en su interior atesora ricas cubiertas mudéjares de madera, una en la sala de las Comisiones, procedente del vecino Colegio de San Gregorio; y otra en el Salón de Plenos, procedente de la iglesia de Villafuerte de Esgueva. En la actualidad es sede de la Diputación Provincial de Valladolid y acoge una sala de exposiciones de 260 metros cuadrados, que puede visitarse de forma libre, junto con el patio y el portón de acceso.